Es curioso cómo percibimos, que según el nivel de infraestructura, cantidad de empleados o nivel de excelencia de una empresa; en consecuencia, también se verá reflejado en la manera de recopilar, procesar y analizar datos.
Nada más alejado de la realidad.
Lo común, es presenciar desequilibrios en las distintas etapas que forman parte de una experiencia de consumo de información.
Aquí vamos a adentrarnos en el cambio que promueve la Inteligencia Empresarial Moderna con respecto a la creación de una fuente única de verdad.
De lo unitario a lo medular
Los usuarios de Excel se sentirán aludidos, porque al ser una herramienta de más de tres (3) décadas en el mercado, es inevitable no tenerla entre los medios predilectos de análisis de datos. Prácticamente, una compañía puede agrupar todos sus análisis sin la necesidad de recurrir a otras herramientas.
Sin embargo, a partir de la masificación, y disminución de costos del Software como un Servicio (SaaS), las Plataformas de Inteligencia Empresarial abrieron las posibilidades de combinar ecosistemas con mayor robustez y escalabilidad; sin restringir la experiencia de consumo desde una hoja de cálculo.
En otras palabras: ambiente mixto de uso cotidiano, pero bajo una gran diferencia; la separación de lo considerado como análisis unitario versus medular.
¿Qué se considera medular?
Lo medular corresponde a todos análisis que deben mantener el mismo grado de precisión, automatización y disponibilidad, sin detrimento del medio de consumo, llámese página web, programa o aplicación móvil.
En general, podríamos definir sus características de la siguiente forma.
Precisión: luego de la certificación del dato, el resultado es persistente en el tiempo.
Automatización: tasas de refrescamiento variables.
Disponibilidad: inmediata.
Seguridad: aplicada en todos los medios de consumo.
No requiere interacción humana posterior, más allá del control sobre la alineación de las operaciones con la estrategia. Es decir, si el ambiente de negocios cambia, posiblemente sea necesario ajustar criterios a nivel de métricas; pero al considerarse estratégico, el ritmo o nivel de cambios es por lo general lento y reducido.
En la imagen, con el acercamiento del lente de la cámara, podemos visualizar esos pequeños orificios en la superficie del limón.
Igual sucede con la gestión analítica en lo considerado medular; necesitamos eliminar procesos que tienden a generar errores, demoras, evitando el acceso a los últimos análisis con la precisión requerida y en el momento deseado.
Y lo unitario, ¿Qué?
Los análisis individuales se mantienen. En ese sentido nada cambia; no todo se encuentra en el mismo espectro o marco de importancia para la organización (viéndola desde arriba).
Existen análisis ad hoc o individuales que son elásticos y, por lo regular provienen de múltiples fuentes que necesitan ser tratadas de manera diferenciada. La gestión de análisis del individuo no se ve afectada, pero la organización comienza a establecer diferencias para comunicarnos mejor analíticamente.
El principal cambio es la separación de los datos procesados en los que todos obtendremos el mismo resultado -independientemente del estilo de consumo-, dándonos la garantía de ir bajo una misma página, en comparación al esquema clásico (validado en el tiempo, pero cuestionado en los esquemas modernos de análisis de datos), donde es necesario repetir la misma operación por no tener un cordón umbilical con las fuentes de datos.
La única fuente de la verdad
Suena como si hablásemos de un cuento de hadas, pero llega un momento en el universo de las organizaciones, donde el desorden, lentitud e inconsistencia en los análisis, harán que sea necesario trasladarse a los ecosistemas mixtos que ofrecen la nueva generación de modelos analíticos.
El camino es complejo, no solo porque implica adaptarse a lo técnico y humano, sino lo más difícil: aceptar lo atrasados que nos quedamos en el procesamiento analítico, en comparación a lo tangible; lo que vemos diariamente dando por sentado un valor superior, y nos olvidamos que, para materializar algo, primero debemos pensar, contrastar y luego decidir.
Buena reflexión José 👌 me hizo acordar estas dos frases:
«La variedad es divina» (con referencia a las herramientas; Excel, R, Tableau., etc. y las metodologías de análisis) y la segunda; «La cultura analítica es un viaje sin destino». En la seguna, me refiero a que hay siempre algo más que explorar y analizar, no a que no tiene objetivos ó dirección.
Re-comentando lo que compartí en LinkedIn.
Gracias Carlos, como siempre un placer leer tus apreciaciones. Te respondí por Linkedin con una pregunta sobre recomendaciones en libros. ¡Saludos!