Saltar al contenido

En Inteligencia Empresarial pensamos en plural

Si usted trabaja en BI, y no piensa en los demás; traerá conflicto.

Es muy simple, solo debemos alejarnos del yoísmo.

Para desarrollar soluciones que se adapten equilibradamente a la cultura analítica de una organización, tenemos que escuchar y llegar a acuerdos. Pensar que, el dominio o expertise de un aspecto técnico, hará maravillas en el proceso diario de personas sin elevar sus conocimientos, solventar dudas y, probablemente ajustar el concepto inicial por uno acorde a los recursos y los tiempos; causará problemas.

Veamos por etapas, aquello que nos ayudará a mejorar nuestro desempeño profesional sin entrar en lo técnico.

Lo que no es evidente

Cambiar de programa es fácil, pero modificar nuestra conducta es otra cosa.

En BI estamos acostumbrados a irnos ajustando a los escenarios –comúnmente fluctuantes– donde las organizaciones van desarrollando sus actividades. Lo que a mitad del año 2020 era importante; posiblemente para finales del 2021 haya dejado de serlo. Esto genera una conducta iterativa (como los iteradores en DAX) donde la mente no se ata, ni se siente obligada a mantener esquemas de análisis por tanto tiempo.

En cambio, se busca adaptar a las soluciones empresariales existentes, aquellas características que las harán más productivas.

Sin embargo, existen requerimientos que, para ser exitosos primero debe ofrecerse una rama de olivo. Esa paz estará dirigida a la mente de quienes aún no aceptan, ni ven los cambios de la misma forma.

En ocasiones, impulsar modificaciones en lo que diariamente nos da certidumbre para tomar decisiones; sin tener en cuenta a los demás, causa el impacto contrario porque no necesariamente todos veamos el progreso de la misma forma en el plano analítico.

Un ataque a lo repetitivo

La automatización tiene un lado humano; léase: El lado humano de la automatización. Por un lado, identificamos procesamientos de datos –no confundir procesar con analizar datos– [1] que en el presente los podemos trasladar por canales automatizados, dejando espacio para que la mente pueda: discernir, reflexionar, y pensar en el aspecto humano del análisis.

La claridad es necesaria para el analista. De lo contrario, la saturación por los aspectos operacionales hará que no tenga la agilidad para concatenar los eventos (que no necesariamente provienen de bases de datos o fuentes primarias) para darle sentido al análisis que se está llevando a cabo.

Lo repetitivo, desordenado e inexacto drena fuerza mental.

Y precisamente, nosotros en BI nos comportamos como detectives, identificando aquello que resta tiempo, para eliminarlo, dándole oxígeno a la mente para enfocarse en lo que verdaderamente genera valor.

Los malos hábitos

La realidad nos ofrece un golpe que la academia parece ocultarnos –supongo para no desmotivarnos– sobre aquellas fuerzas que harán lo imposible para mantener el Statu quo. Entiéndase: no todos tenemos el mismo interés en aceptar, adoptar o aplicar lo nuevo; por muy evidentes que sean sus beneficios.

Es más fácil cambiar el mobiliario de la oficina (por dar un ejemplo físico) que eliminar procesos arraigados en la cultura analítica de una compañía, requiriendo de nuevos conocimientos, ajustes y enfoques de gestion.

En BI, la productividad es un término de uso constante. Vemos los malos hábitos como enemigos; pero también entendemos que, eliminarlos cuesta mucho. Y esto se debe al entramado de decisiones, procesos y cambios en políticas que deberán ser implementadas para adoptar lo nuevo.

Preferiría decir: «Caída y mesa limpia»

Pero, sabemos que hay que tener cuidado y no causar daño a sabiendas. Tambien influye la actitud ante el cambio, la propia innovación. No toda compañía tiene el mismo interés nativo, orgánico y maleable de estar a la vanguardia en la analítica de datos.

Dejar correr el tiempo

Las soluciones de inteligencia empresarial no son estáticas; léase: El ciclo de vida de un modelo analítico. A veces, el mejor aliado es el tiempo porque nos da la oportunidad de comparar lo que hemos asumido como cierto o leitmotiv del ámbito analítico.

Pretender que todos nos entiendan, y omitir las agendas ocultas de nuestros pensamientos es de incautos.

Por ello, usar el tiempo a nuestro favor es un as bajo la manga. No obstante, para disfrutar de su verdad es necesario mantener viva y alineada la solución analítica. Es decir, solamente al superar las etapas de introducción, crecimiento y madurez, podrá verse en su pasado lo vivido y, en el horizonte su posible entrada en desuso.

El tiempo nos ofrece la oportunidad de prepararnos para lo inevitable, donde las fuerzas externas tendrán más influencia que nuestras palabras o pitch de ventas. La propia competitividad de una industria hará que se asignen recursos en lo que nos hará ser más productivos.

 

Fotografía de portada: @jcchavez

[1] Procesar datos por lo general corresponde a la acumulación y manipulación. Analizarlos implica un mix entre el discernimiento humano y, por ejemplo, aprendizaje automático (machine learning).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *