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Los errores y el engaño en la visualización de datos

En las relaciones humanas el mentir o engañar trae consecuencias.

¿Quién recibe el daño?

Una persona.

¿Qué se ve afectado?

Sus sentimientos.

En las organizaciones sucede algo similar, porque los sentimientos pueden verse reflejados en la moral del colectivo. Pero enfocándonos en la ejecución visual de quienes analizan datos, el daño se ira diluyendo en la manera de comunicarnos.

La responsabilidad

En nuestras sociedades, las leyes rigen lo permitido o prohibido del comportamiento humano. En contraste, la representación de datos se regula por si sola en base a la madurez analítica de los individuos o los códigos de ética aceptados en la actividad profesional.

En la primera, el marco legal determina las consecuencias de un accionar por fuera de sus límites, mientras que, en la segunda, dependerá en gran medida del contexto e importancia del evento analizado. Algo normal, porque en la acción profesional, nuestros actos son evaluados más allá de lo rígido; nadie esta exento de cometer errores.

No obstante, sin que nadie nos diga absoluta palabra, somos responsables del mensaje que estamos enviando.

¿Cuál es el mensaje?

Todo lo que funge como vehículo para representar visualmente los datos.

Si tienes dudas sobre comunicación visual en analítica, recomiendo leer: La estética, la usabilidad y los reportes

El daño

La impericia, imprudencia o la negligencia de nuestros actos no nos exime de responsabilidad. Por el contrario, ante la cantidad de maneras de trabajar con datos, lo más probable es que de alguna manera u otra hayamos estado viviendo sobre tierras movedizas sin habernos dado cuenta.

El problema comienza porque a las organizaciones les cuesta identificar el daño de representar inadecuadamente los datos .

El conflicto aumenta porque se podría pensar que, un reporte/dashboard es algo netamente visual, y nos olvidamos que es un medio de comunicación.

Regresemos un momento al aspecto humano.

¿Qué ocurre cuando tenemos problemas al comunicarnos con los demás?

Es posible que se puedan malinterpretar nuestros actos.

De la misma forma sucede en las organizaciones, pero las consecuencias no necesariamente se ven plasmadas de inmediato en el detrimento de la infraestructura, en la liquidez financiera, ni el pago de la próxima quincena o en el posicionamiento de la marca a finales del periodo fiscal.

En contraste, se verá diluida a cuenta gotas en la mente de quien tiene que tomar una decisión.

El despertar

En diversos cargos profesionales no es crítico contar con conocimientos sobre visualización de datos. Por ejemplo, comprender la relación de aspecto (aspect ratio) y su efecto en la percepción de tendencias en los gráficos de líneas. Eso es algo de especial interés para quienes trabajan constantemente con series temporales; pero no para la mayoría, aun siendo consumidores de análisis relacionados al tema.

Es por esa razón que, los análisis ad hoc, fluyen sin inconvenientes en su creación al ser individualistas.

Sin embargo, ¿Qué sucede cuando es visualizado por otras personas?

Se abre la caja de pandora a las interpretaciones o percepciones de la comunicación visual utilizada.

Podríamos decir, que nos despertamos cuando nos damos cuenta del impacto que tienen nuestras palabras (gráficos) en la gestión diaria de múltiples personas.

Lo difícil

En días recientes conversaba con uno de mis amigos que vive Canadá, y hablábamos sobre las vicisitudes de vender software para evitar el secuestro de datos. Para mi, fue inevitable comparar la dificultad de su comercialización con la venta de servicios funerarios.

Algo así sucede con la visualización de datos, porque al darnos cuenta que hemos estado representando datos de manera errada por tanto tiempo; golpeará nuestro ego.

Llegar a decir: «Hey, resulta que estábamos visualizando las cosas bien, bien mal».

Mientras se mantenga una apreciación de las comunicaciones visuales como algo relativamente fácil (paradójicamente armar un gráfico es tan simple como arrastrar y soltar elementos al canvas), será difícil promover la importancia de elevar su nivel de ejecución.

El conflicto de la dualidad

En la visualización de datos no existe un criterio único de decisión. Las leyes se convierten en recomendaciones en base a la experiencia establecida con el paso de los años, los postulados comúnmente aceptados, y las investigaciones sobre nuestra percepción visual.

En el campo de la visualización de datos no existe una única naturaleza que defina lo que es o no correcto. Dids vía Pexels.

La dualidad se presenta porque un tipo de recomendación sobre la manera de visualizar datos, puede funcionar perfectamente en un escenario, pero no necesariamente en otro. Lo que define su pertinencia es el contexto, y las preguntas que buscan responderse.

Cualquier parecido a DAX es pura coincidencia.

Las consecuencias

Afirmar que un profesional puede ser despedido por el solo hecho de haber presentado datos erradamente, podría ser considerado extremo, pero no deja de ser cierto.

Para establecer un punto de comparación, presenté una encuesta en el Grupo de Sentido Analítica, que en su momento obtuvo los siguientes resultados:

 

Si el daño es posible cuantificarlo, vendrán las consecuencias.

La visualización es parte del todo

Para algunas personas, lo más importante es tener la capacidad de conectarse en vivo a un modelo analítico, véase: Esquemática: DirectQuery sobre Datasets en Power BI y Azure Analysis Services. Y con ello, responder por si mismos (ad hoc) con solo arrastrar y soltar objetos visuales al cavas, pero con la tranquilidad de obtener siempre los últimos resultados de manera automatizada.

En cambio, para otras lo único que necesitan es poder interactuar con un reporte preestablecido, y que estará en concordancia a la naturaleza de sus necesidades analíticas.

Sin embargo, independientemente del nivel de control en la experiencia de usuario, la visualización es parte del todo. Y como responsables directos o indirectos en la creación de soluciones analíticas de autoservicio; no debemos subestimar su impacto en la gestión profesional.

A veces, lo más simple es lo que genera mayor daño.

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